El síndrome del restaurante chino, aunque suene raro, realmente existe, y el causante es el glutamato monosódico.
El glutamato monosódico es el aditivo potenciador del sabor más empleado en la industria alimentaria. Lo añadimos sin darnos cuenta en nuestra alimentación a través de caldos, platos preparados o salsas de todo tipo, pero donde es más conocido es por su presencia en la comida oriental.
Hay personas especialmente sensibles al glutamato monosódico, y cuando toman ciertas cantidades del mismo, se desencadena una intolerancia con síntomas como dolor de cabeza, náuseas, sudores y enrojecimiento de la piel entre otros. De hecho, las personas que son intolerantes al glutamato monosódico, no deberían abusar de la comida oriental debido al uso que hacen de este aditivo en sus platos, de ahí el nombre del “síndrome del restaurante chino” o lo que es lo mismo, intolerancia al glutamato monosódico.
Si tras comer en un restaurante oriental aparece alguno de dichos síntomas, lo más seguro es que seamos intolerantes al glutamato. Dichos síntomas desaparecerán en un corto periodo de tiempo, en el caso de que fueran a más o se mantuvieran, podríamos estar hablando de una alergia que puede ser al glutamato o bien a algún otro ingrediente que hayamos consumido.
El uso del glutamato está muy extendido, de hecho su sabor característico se considera el quinto sabor (junto al dulce, salado, amargo y ácido), y se le llama sabor umami, que en japonés significa “gusto sabroso”.
Hay que recalcar que es un aditivo totalmente seguro, y que si se es intolerante al mismo, el mejor consejo es evitar la comida oriental y revisar el etiquetado de los alimentos.