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Frecuentemente, encontramos como en el ámbito de la nutrición, los mitos se aferran tanto a las tendencias sobre alimentación y dietéticos de moda (dietas milagro, superalimentos…) así como a etapas importantes de la vida como la menopausia, la edad infantil, y como no, el embarazo y la lactancia. Es por este motivo, que aunque hemos hablado en otras ocasiones de la alimentación en estas dos situaciones, hoy nos enfocamos en los mitos más prevalentes:
“Comer sano durante 9 meses”. Quizá sea el pensamiento más arraigado y confundido de todos. No se trata de comer saludablemente durante 9 meses, si no de mantener dichos hábitos pasada la gestación e incluso la lactancia. Si mantenemos dichos hábitos saludables, conseguiremos que nuestros niños lleven una alimentación saludable, ya que les educaremos con nuestro propio ejemplo.
“Si como sano durante el embarazo y la lactancia, mi hijo y yo tendremos una salud de hierro”. Comer saludablemente durante el embarazo y durante la lactancia no aseguran la salud de hierro de por vida del niño y de la madre, pero al contrario, una mala alimentación sí que puede tener consecuencias negativas de por vida para los dos.
“Una embarazada debe comer por dos”: Los requerimientos nutricionales de una mujer embarazada aumentan, ya que durante esta etapa la formación de tejidos nuevos es obvia, y esto requiere de una mayor energía. A lo largo de los nueve meses, la madre aumentará su peso corporal, su volumen sanguíneo se incrementará, así como sus reservas grasas y su agua corporal, pero ésto no significa que la madre tenga que tomar dos raciones cada vez que come (comer por dos), si no que únicamente sus requerimientos aumentan un poco para poder cubrir estas necesidades.
“La mujer embarazada debe ganar mucho peso durante la gestación”: El peso recomendado a ganar depende del peso de partida. Así pues, una mujer que en el momento de la gestación tiene bajo peso deberá ganar más peso y una mujer que al quedarse embarazadas presenta sobrepeso u obesidad, deberá ganar menos. Este último caso suele ser el más frecuente y ganar más peso de lo recomendado en mujeres con sobrepeso, puede dar lugar a problemas de salud para el niño.
“Beber leche de vaca durante la lactancia aumenta la producción de leche de la madre”: La manera más sencilla de aumentar la cantidad de leche de la madre es poner al bebé al pecho siempre que lo pida, es decir, lactancia a demanda. La leche materna, no tiene nada que ver con la leche que se ingiere de vaca u otro mamífero.
“Beber cerveza estimula la producción de leche”: No existe evidencia científica en ésta relación aunque sí que es cierto que la cerveza estimula la producción de prolactina, la hormona responsable de la subida de la leche. No obstante, no se recomienda el consumo de ninguna bebida alcohólica durante el embarazo ni durante la lactancia.
“La baja producción de leche es hereditaria”: La leche se produce, entre otros factores, en función de la frecuencia con la que el bebé mame, puesto que la succión del bebé produce en el organismo de la madre un incremento en la producción de leche. Otro factor que influye es el psicológico, ya que si la mujer anímicamente se siente débil, el cuerpo tiende a la menos producción de leche.