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Lo que de verdad importa: los hijos

Por Eva Verdasco Albandoz | 28/03/2016

 

Durante toda esta etapa, que abarca desde el recién nacido hasta la adolescencia, se pueden diferenciar varias fases según: la velocidad de crecimiento y maduración de los órganos, el desarrollo cognitivo… Estos cambios llevan aparejados otros en las necesidades nutricionales del niño, tanto en la cantidad como en la composición. En base a la velocidad de crecimiento podemos diferenciar 4 etapas desde los 0 a los 18 años: dos de crecimiento rápido (de 0-3 años y de 11-14 años, estirón puberal); y dos de crecimiento más lento (de 4-10 y de 14-18 años). Los requerimientos de energía y nutrientes evolucionan de forma paralela al crecimiento corporal y el sexo.

 

En todas las etapas es recomendable realizar 5 comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena, y el reparto aconsejado de energía en las diferentes comidas es:

 

  • Desayuno 20-25%
  • Media mañana 10%
  • Comida 35%
  • Merienda 10%
  • Cena 20-25%

 

La etapa de los 0 a 3 años es la más importante para conseguir el establecimiento de unos hábitos alimentarios y de higiene personal correctos para toda la vida. Por ello, es el momento de ir ofreciendo e introduciendo gran variedad de alimentos de forma que consigamos que su dieta sea, además de sana y equilibrada, variada. La dieta de los niños debe incluir todos los grupos de alimentos:

 

* Hidratos de carbono: 50-60%, fundamentalmente complejos disminuyendo los azúcares simples.

* Proteínas: 10-15%.

* Grasas: <35%

 

Es aconsejable aumentar el consumo de pescado y disminuir el de carnes procesadas y embutidos. Deben consumir lácteos en cantidades equivalentes a ½ -1 de leche; frutas y verduras y hortalizas todos los días, siendo aconsejable 5 raciones, 3 de ellas de fruta. En cuanto a los cereales (pan, maíz, arroz y pasta) y las legumbres se deben consumir 6 raciones diarias. Los segundos, son muy importantes en el desayuno,  que debe ser completo y tranquilo.

 

En cuanto a la adolescencia cabe destacar los cambios físicos y psicológicos que se producen que aumentan el riesgo de padecer ciertas alteraciones o trastornos como  anemias, déficits de vitaminas (el consumo de alcohol disminuye la biodisponibilidad de vitaminas A y C, Ca, Mg y Zn), los referidos a la conducta alimentaria…Por lo que hay que estar muy vigilantes, tanto en lo que comen, como en como lo comen. Es la forma más fácil y eficaz de detectar las primeras señales de alarma.

 

En esta etapa hay un aumento de las necesidades energéticas, proteicas, de vitaminas y minerales.

 

Las necesidades nutricionales de cualquier etapa de desarrollo se alcanzan con una alimentación variada y equilibrada, con raciones suficientes en cantidad para cubrir los requisitos de cada una de ellas. Para que lo consigas en iNutralia te ofrecemos el consejo y el apoyo de un equipo de profesionales de salud y nutrición.