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Estilos de alimentación alternativos ¿por qué no?

Por Conchi Maximiano Alonso | 14/03/2016

 

Los seres humanos somos omnívoros por definición, es decir, comemos tanto alimentos de origen animal como vegetal. Pero hay personas que optan por estilos de alimentación alternativos, es decir, diferentes a lo más frecuente. Vamos a hacer un breve repaso de aquellos estilos que están más de moda, así como si son o no del todo saludables….

 

Alimentación libre de gluten

 

Como ya contamos aquí, existe el mito de que el gluten es un compuesto dañino para nuestro organismo, de esto deriva la corriente de opinión de que no es adecuado tomarlo. Es indudable que esta falsa creencia está de moda, lo que no significa que sea cierta ni que realmente obtengamos beneficio alguno por no tomar gluten sin ser celiaco. Por ello, en este caso podemos decir que no es más saludable este estilo de alimentación que otro, y es totalmente innecesaria salvo si se es intolerante al gluten, es decir, celiaco o sensible al gluten.

 

Alimentación Paleolítica

 

Este estilo de alimentación es de los más recientes en llegar al mundo de la dietas alternativas, ya hablamos de este tema aquí. En resumen se basa en comer como nuestros antepasados más lejanos, basándose su dieta en alimentos sin procesar, en no tomar cereales (muy relacionado con la alimentación explicada anteriormente), tampoco toman lácteos, pero si frutos secos, frutas, verduras, carnes, pescado salvaje, etc. Este estilo de alimentación, aunque no tiene fijados unos parámetros estrictamente concretos, si se come de manera variada y equilibrada, y no basándose en un consumo elevado de carnes como algunas personas creen, es saludable. Pero como todas las dietas que excluyen alimentos (como los lácteos), debe equilibrarse para no tener carencias de algunos nutrientes, como puede ser el caso del calcio.

 

Alimentación basada en frutas y verduras

 

Ya explicamos en qué consiste una alimentación vegetariana aquí y aquí, es una forma de alimentarse totalmente compatible con una alimentación saludable, siempre que se combinen bien los alimentos, y se cubran las posibles carencias. Pero dentro de las dietas vegetarianas, se contemplan la ovo-lacteo-vegetariana, en la cual se puede tomar huevo y derivados lácteos, la dieta vegana, en la que no se toma ningún alimento de origen animal (incluida la miel por ejemplo), y una vertiente aún más estricta que es la crudivegana. La dieta crudivegana sólo permite tomar alimentos de origen vegetal, pero que además, no hayan sido cocinados o al menos no expuestos a temperaturas superiores a 40 - 42º C, incluyen en su alimentación frutas, verduras, raíces, frutos secos, semillas, algas y germinados, además de alimentos deshidratados y fermentados. Buscan una alimentación en la que se mantengan intactas al 100% los nutrientes de los alimentos, evitando la destrucción de las vitaminas y minerales, afirmación totalmente inexacta.

 

En principio parece una dieta ideal dado que podríamos obtener micronutrientes íntegros de los alimentos, pero precisamente, existen sustancias como los fitatos que sólo se destruyen con el calor. Los fitatos inhiben la absorción de ciertas sustancias indispensables para nuestro organismo como el hierro, el calcio y otra serie de minerales. Sumado a esto, están las deficiencias que pueden aparecer si no se sigue una alimentación vegetal equilibrada, como una deficiencia en vitamina B12, y también en el aminoácido lisina si no cubren bien sus necesidades en proteínas. Además, pueden encontrar dificultades en alcanzar sus necesidades energéticas si no plantean bien su alimentación.

 

Pero en cuanto a corrientes de alimentación basadas en el único consumo de verduras, existen otras corrientes muy extremas como los licuarianos (no toman sólidos), los frutarianos (sólo comen fruta) o las personas que no toman nada de verdura o frutas, que aunque es muy habitual en nuestra sociedad, no deja de ser insano.

 

Hay que decir que una dieta vegetariana bien planificada es saludable, dado que tiende a ser baja en grasas saturadas, aporta cantidades elevadas de fibra, potasio, magnesio, vitamina C y E, ácido fólico, flavonoideas, carotenoides, entre otras sustancias altamente antioxidantes. En el caso de seguir una dieta vegetariana desequilibrada, puede aparecer deficiencia en vitamina B12, calcio, vitamina D, zinc, ciertos aminoácidos y ácidos grasos omega 3.

 

Otro estilo alimentario en progresivo aumento es el llamado flexivegetarianismo, y quienes lo practican flexitarianos, que podemos decir es una versión entre la alimentación vegetariana y la omnívora. Su alimentación es básicamente la misma que la de un ovo-lacteo-vegetariano, pero toman carne, pescado y marisco de manera ocasional en pequeñas dosis. De tal forma, que puede prevenir ciertas carencias mencionadas anteriormente, a la vez que evita problemas típicos del consumo excesivo de alimentos de origen animal, como pueden ser el colesterol elevado.

 

Conclusiones

 

Que hayamos apoyado o no diferentes estilos de alimentación, no significa que defendamos a capa o espada nuestra alimentación habitual, ya hemos hablado en diferentes ocasiones que no comemos del todo bien, vistos los datos de obesidad, diabetes, hiperlipidemias,…. Pero sí tenemos una base para comer bien y cuidarnos, seamos omnívoros o no, siempre con respeto hacia las preferencias de cada individuo, y con un cuidado especial de un nutricionista para evitar carencias si es necesario.