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Alimentación en embarazo

Por Victoria Fagúndez Rodríguez | 06/07/2014

 

El embarazo es una etapa de grandes cambios fisiológicos cuyos objetivos son el óptimo desarrollo y crecimiento del feto. 

 

Se aumenta de peso debido a varios factores: el propio peso del bebé, reservas de nutrientes que comienzan a acumularse, aumento de sangre circulando y de otros líquidos corporales, aumento del tamaño del útero y mamas, formación de líquido amniótico y placenta…

 

Algunos de estos cambios están mediados a su vez por cambios hormonales que pueden influir además en el estado de ánimo y en el aspecto físico. 

 

Una correcta alimentación y nutrición puede prevenir problemas en el recién nacido, tales como el bajo peso o talla, menor resistencia a infecciones, partos prematuros ó malformaciones. También previene de enfermedades en la madre durante y después del embarazo y puede ayudar a minimizar el efecto que tiene en el propio físico de la misma.

 

Por eso en iNutralia, nos preocupamos por informarte de los puntos más importantes que debes tener en cuenta en esta etapa tan especial.

 

La ganancia de peso promedio durante el embarazo es de unos 10 kg en total aunque esto varía mucho dependiendo del estado previo en que se encontrase la madre, si es embarazo múltiple o la edad a la que se produce el embarazo. 

 

Todo este proceso implica un aumento de las necesidades de ciertos nutrientes, así como de las calorías totales necesarias. Lo normal es que en el primer trimestre las necesidades sean similares a las de cualquier adulto sano, y que la ganancia de peso no sea significativa. Durante el segundo y sobre todo el tercer trimestre, en cambio, las necesidades comienzan a aumentar progresivamente, y paralelamente aumenta el peso. 

 

Desde el punto de vista de la nutrición debemos prestar especial atención a:

 

Macronutrientes: Hidratos de carbono, proteínas y grasas. La proporción es la misma que en una alimentación normal, pero se recomienda que provengan de alimentos de buena calidad nutritiva. Proteínas de alto valor biológico como carnes magras, pescados, huevos, legumbres y lácteos ya que serán mejor aprovechadas. Hidratos de carbono complejos como pan, cereales, arroz y pasta porque contienen más vitaminas y minerales y regulan mejor la glucosa previniendo la diabetes gestacional. Elegir variedades integrales que incrementen el aporte de fibra ya que ésta ayuda a combatir el estreñimiento, síntoma común en la segunda mitad del embarazo, además de otras propiedades beneficiosas de la misma. Procurar elegir el aceite de oliva como fuente grasa principal evitando otros alimentos grasos e incluyendo de vez en cuando un puñado de frutos secos.

 

Minerales: Sobre todo el yodo, el hierro, el calcio y el fósforo son de especial importancia en el desarrollo del feto. Se puede asegurar un adecuado aporte utilizando sal yodada, alimentos de origen animal (todos ellos son ricos en hierro, especialmente carnes) y alimentos enriquecidos en hierro, y lácteos o pescados que se consumen con espinas para el aporte de calcio y fósforo.

 

Vitaminas: Especialmente el ácido fólico por su importancia en la prevención de espina bífida. También hay que atender al aporte del resto de vitaminas (A, D, E, C, B12, Grupo B). En principio respetando las recomendaciones en cuanto a frutas, verduras, hortalizas, lácteos y cereales, se ven cubiertas. Se puede favorecer la absorción de algunos nutrientes combinándolos entre sí, como ocurre con el hierro y la vitamina C ó el calcio y la vitamina D.

 

Por su papel esencial es frecuente que se recomienden suplementos de Ácido fólico, Hierro,  Calcio y en ocasiones también de vitamina D y otros complejos vitamínicos, siempre ajo recomendación médica.

 

Alimentos que se recomienda evitar:

 

Hay ciertos alimentos que entrañan un potencial peligro en esta etapa. Están desaconsejados los excitantes como la cafeína, el alcohol, el tabaco, también conviene evitar  la leche y otros lácteos sin pasteurizar (quesos cremosos y frescos), la carne, pescado o huevos si están poco hechos o crudos (incluidos postres tipo mousse), las carnes procesadas (salchichas y embutidos) así como los pescados azules de mayor tamaño ya que podrían acumular mayor cantidad de mercurio, son preferibles pescados como boquerón, sardina, anchoa o atún enlatado.  Evita el uso de laxantes o el exceso de fibra en la dieta ya que puede interferir en la absorción de nutrientes.

 

Podemos encontrar un resumen de las recomendaciones a seguir en la siguiente tabla a tener en cuenta a partir del segundo trimestre ya que en el primero las recomendaciones no varían:

 

Lácteos 3-4 raciones/día
Carnes, pescados, huevos y legumbres 3-4/raciones semana
Pan, pasta, arroz, patata y cereales 4-6 raciones/día
Verduras y hortalizas 2-3 raciones/día
Fruta 2-3 raciones/día
Grasas 3-5 raciones/día

 

Imagen: studio associato dato.